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Viaje a Macau

viernes, 11 de septiembre de 2009

Tenía pendiente desde Semana Santa y la visita de mis padres, hacer un post sobre Macao. Y aprovechando esta semana de convalecencia he decidido ponerme manos a la obra.


Macao es una región administrativa de China con privilegios especiales, al igual que Hong Kong. Y el mayor privilegio de este pequeño territorio de tan sólo 30 Kilómetros cuadrados, es ser el único lugar de China en el que se permite el juego. La conclusión es clara: chinos + juego = ríete tú de Las Vegas.


Pero no sólo eso... Hasta el año 1999, Macao fue una colonia portuguesa. Así, se mantiene el sistema judicial portugués, el portugués como idioma oficial (aunque apenas hablado) junto al chino y la moneda que es... la PATACA!!!

Al estar a 70 Km de Hong Kong, su visita es a mi modo de ver prácticamente obligada, sobre todo si nunca has estado en Las Vegas. Vamos a ello.


El ferry sale tanto desde Tsim Sha Tsui en Kowloon como desde Central en Hong Kong. Hay barcos aproximadamente cada 15 minutos desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche y los billetes cuestan sobre 12 euros trayecto.



Nosotros cogimos uno de los primeros barcos de la mañana, y apenas 45 minutos después ya estábamos en Macao.


Al llegar a la terminal, y una vez pasado control de visados, contratamos a una guía para que nos llevase a hacer un tour por la ciudad, viendo los monumentos más importantes.

La primera visita fue a la estatua a Kun Lam, la diosa de la misericordia también conocida como "Pou Chai Sim Yun".



Continuamos después a la torre más alta de Macao. La Macau Tower, de 338 metros, y desde donde (a una altura de 233 metros) puedes realizar el salto -puenting más alto del mundo...


Conocimos a un señor de unos 70 años que era la 3ª vez que se tiraba... en el día!!! Y eso que el salto cuesta unos ciento y pico euros. Me prometí a mi mismo que encontraría un fin de semana para volver a tirarme... todavía sigo buscándolo ;-)



Seguimos al templo de A-Ma, uno de los templos budistas más antiguos de Macau, construido en 1488 para honrar a la deidad Matsu. Así, cuentan las leyendas que cuando los pescadores portugueses arribaron las costas enfrente del templo, preguntaron su nombre. Y los nativos contestaron "A-Ma-Gao" (Bahía de A-Ma), de ahí Amagao-Magao-Macao, dando nombre a toda la isla.


De todos modos, aunque hasta el año 1999 hayan sido colonia portuguesa, se han habituado rápido a las costumbres asiáticas. Y para muestra, el uso de bambú para los andamios de los rascacielos o ese salón de actos improvisado con luz y ventiladores pero realizado de... bambú!!!


De camino al centro hicimos una parada para ver parte de la otra cara que le da fama a Macao: la grandeza de los casinos. Concretamente paramos en el Hotel Grand Emperor en cuya puerta hay dos guardias que realizan el cambio de guardia como los mismísimos centinelas de Buckingham Palace y donde, para pasar al hall, hay que pisar sobre 88 lingotes de oro traídos expresamente de Suiza.


Después de esa pausa, volvimos a la "cultura" y acabamos nuestro paseo guiado en pleno centro histórico de Macao, que si no lo he comentado anteriormente, es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2005.

Y concretamente en la Fortaleza do Monte, un antiguo complejo militar de 1638 ubicado en el pico más alto de la península de Macau que protegía la frontera entre China y Macao.




De ahí bajamos a ver la iglesia católica más antigua de China, la Iglesia de San Pablo, de la que sólo se conserva su fachada principal debido a un incendio que la devastó en 1835.


Y ya metidos en pleno centro histórico callejeamos a través de edificios como La Santa Casa da Misericordia, el edificio de Correos, la Iglesia de Santo Domingo o el edificio del Senado.


Y después de comer croquetas, jamón, chorizos al vino y otros manjares que por desgracia tenemos privados en Taipei, nos fuimos a disfrutar de la otra cara de Macao... los casinos!!! Cruzando a Ponte da Amizade, llegamos a la isla de Taipa, donde está el casino The Venetian: el hotel más grande de Asia, el tercer edificio más grande del mundo y (cuando yo fui) el casino más grande del mundo (aunque ahora ha pasado a ser el segundo).


Pero la razón de ir hasta allí tenía un nombre: Zaia, el espectáculo que el Circo del Sol lleva representando en el casino desde que este abrió.



Después de disfrutar como enanos de la hora y media de espectáculo (cóctel y regalos incluídos), y previo paso por la ruleta para perder (no sin ciertas esperanzas) 100 €, paseamos un rato largo por el hotel y por la zona que reproduce los canales de Venecia... algo realmente increíble!!



Y así hicimos tiempo para la última parada del viaje... la cena en la Pousada de Sao Tiago. El restaurante La Paloma de La Pousada de Sao Tiago es un restaurante que mezcla comida española y macaense en una fortaleza del siglo XVII. La comida exquisita, y el trato que nos dieron espectacular. Un sitio altamente recomendable.


Y el día ya no dió para más... Cogimos uno de los últimos barcos y nos volvimos a Hong Kong, con la sensación de que difícilmente un día se puede aprovechar mejor.